Faltaban seis días para el combate en la Vuelta de Obligado. El General Lucio Mancilla escribía el parte con las novedades del día a la Comandancia de Rosas, en Santos Lugares. Pero al finalizar su informe, un impulso interior lo llevó a tomar otra hoja de papel y plasmar unas breves líneas y un puñado de nombres en la hoja. Como todo gran oficial quiso dejar por escrito el reconocimiento a los 17 hombres que habían trabajado a destajo para armar las cuatro baterías de cañones en las barrancas del Paraná, en la costa de San Pedro.
Catorce carpinteros y tres herreros. Todo el equipo de constructores que armó las bases, los parapetos y montó los cañones que combatirían ferozmente contra los enemigos anglo-franceses. La nota con el reconocimiento a aquellos hombres por parte de su Comandante fue enviada a Buenos Aires.
Sin embargo, la historia se olvidó de aquel papel y esos nombres permanecieron ocultos…hasta hoy.
La investigación
El Grupo Conservacionista de Fósiles es el equipo que conduce al Museo Paleontológico de San Pedro. Hace un tiempo comenzaron una revisión profunda de los documentos vinculados a la batalla de Obligado, que se resguardan en diferentes archivos de la región. De forma paciente y minuciosa, digitalizaron y analizaron unos 700 documentos históricos correspondientes a la logística de la Guerra del Paraná, provenientes de seis colecciones diferentes, logrando descubrir detalles inéditos de los hechos de armas acontecidos en aquellas aguas entre 1845 y 1846.
En un cúmulo de 125 fojas revisadas en el Archivo General de la Nación, a cuyo personal y directivos el equipo del Museo agradece profundamente su amabilidad y predisposición, fue que se encontró el reconocimiento hecho por Mancilla a los constructores de las baterías.
El viejo papel, escrito con el trazo rápido pero firme de un jefe militar, se mantiene en perfecto estado y en él se observan claramente los 17 nombres y apellidos de aquellas personas que tuvieron la responsabilidad de montar una parte fundamental del aparato defensivo de la Confederación.
En el encabezado del documento, el típico slogan federal “¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los salvajes unitarios!”. Así arranca el breve parte de guerra.
Luego, unas cortísimas cuatro líneas dicen claramente:
“Lista de los individuos Carpinteros y Herreros que han trabajado en la formación de las baterías, recomposición de cureñas y demás trabajos que se han ofrecido”.
A continuación, y en formato de un simple y claro listado, el Comandante en Jefe del Departamento del Norte, escribió con su pluma los nombres de esos 17 hombres, separándolos por oficios en carpinteros y herreros:
CARPINTEROS
Ramón Silveira
Isidoro Molina
Dionisio Chacón
Ponciano Godoy
Pedro Betancú
Juan Silveira
Carlos Márquez
Pedro Zamora
Gaspar López
Juan Saragoza
Alejo Villamayor
Francisco Vicar
Félix Machado
Simón Sueldo
HERREROS
Mariano Baró
Gervasio Granel
Antonio Gusmarán
Para darle un cierre a su nota, colocó la fecha y su firma: “Baterías, Noviembre 14 de 1845, Lucio Mancilla”.
Seis días antes de enfrentarse en encarnizada batalla con la flota invasora, el General dejaba expreso reconocimiento a su equipo de constructores.
“No sabemos, aún, de qué ciudades provenían aquellos carpinteros y herreros pero es probable que fueran reclutados desde San Pedro y ciudades vecinas, ya que los Jueces de Paz de la zona colaboraban activamente en la logística previa de la Guerra del Paraná”, comenta José Luis Aguilar, fundador del Museo Paleontológico de San Pedro y la persona que detectó el listado de nombres escrito por Mancilla.
“Hemos visto en otros documentos que Mancilla solicitaba carpinteros y herreros al Juez de Paz de San Pedro y otros, por lo que suponemos fueron civiles que por su oficio fueron convocados desde nuestra ciudad u otras cercanas”.
“Durante los meses previos al combate, los jueces de San Pedro, San Nicolás, San Antonio de Areco, Exaltación de la Cruz y Baradero, brindaron elementos, enseres, herramientas y personal para las diferentes necesidades del Departamento del Norte, a cargo de Mancilla.
También hubo aportes de vecinos y hacendados que cedieron decenas de cabezas de ganado para alimentar a las tropas mientras combatían al agresor en los diferentes escenarios de guerra”, comenta Aguilar desde el Museo de San Pedro.
En cuanto a las baterías, fueron cuatro: Restaurador Rosas (al mando de Álvaro Alsogaray), General Brown (al mando de Eduardo Brown), General Mancilla (al mando de Felipe Palacios) y Manuelita (al mando de Juan Bautista Thorne).
En total, las cuatro baterías contenían unas 21 piezas de artillerías resguardadas por parapetos de defensa y ubicadas sobre bases de fuertes maderos denominadas “cureñas”. Tres de estas baterías estaban ubicadas en altura, sobre las barrancas, para posibilitar disparos elevados. Y una cuarta estaba ubicada sobre la playa, cercana a las cadenas que cruzaban el río, para evitar intentos de corte de las mismas.
Los 17 hombres mencionados por Mancilla en su informe a Rosas tuvieron la enorme responsabilidad de montar, en las semanas previas al combate, cada una de las estructuras que debieron soportar el tremendo esfuerzo de la artillería argentina y el intenso fuego de los cañones enemigos. La construcción de las baterías no sólo debía brindar una base firme para disparar, sino que debían resguardar, además, a los artilleros y ayudantes de las municiones anglo francesas.
Por su parte, Silvina Carro, también integrante del equipo del Museo de San Pedro comentó: “Sin dudas, el hallazgo de estos 17 nombres, permitirá saldar una deuda histórica con estos tenaces trabajadores que tuvieron la responsabilidad de construir uno de los símbolos más fuertes de la lucha por la soberanía nacional. El reconocimiento hecho por Mancilla a sus 17 carpinteros y herreros acaba de concretarse 173 años después de la batalla”.
En tanto, Eduardo Campos, Fernando Chiodini y Javier Saucedo completaron el equipo del Grupo Conservacionista que realizó este descubrimiento.
¿Mancilla con “c” o con “s”?
En 2012, el Concejo Deliberante de San Pedro, basándose en el trabajo realizado por el Grupo Conservacionista de esa ciudad sobre decenas de cartas firmadas por Mancilla, sancionó la Ordenanza 6027/12 donde se impone el uso de la letra “c” en el nombre del jefe militar.
Desde el equipo que conduce el Museo Paleontológico notaron que en todas las cartas firmadas por el mismísimo Comandante del Departamento del Norte y hasta sus mismos oficiales, cuando escribían su apellido, lo hacía utilizando claramente la letra “c”, en el apellido “Mancilla”.
Asimismo, la normativa exhorta a los historiadores a rectificar el apellido rindiendo honor a la caligrafía del propio General confederado.
“La historia guarda numerosas curiosidades y el caso del apellido de Mancilla es una más que fue detectada hace poco tiempo. Si bien no sabemos en qué momento el jefe militar comenzó a escribir con “c” su apellido, queda claro que fue una decisión propia ya que sus familiares directos llevan la letra “s” en el apellido. Observamos este detalle al analizar numerosas cartas y partes de guerra y nos pareció apropiado acercarle nuestras observaciones al Honorable Concejo Deliberante de San Pedro, en aquel momento”, comentan desde el equipo del Museo Paleontológico.
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