San Pedro: Recuperan un mástil que podría haber pertenecido al histórico buque “Republicano”

Tiene herrajes del siglo XIX y fue extraído por un pescador hace 20 años en el mismo punto donde se detectó hundido al barco que defendió las cadenas de Obligado

Hace unos 19 años, Jorge Villar, un conocido pescador de Vuelta de Obligado, enganchó accidentalmente su red en un sector ubicado en medio del río Paraná, frente a las costas del pequeño poblado ubicado a 19 km al norte de la ciudad de San Pedro.
En aquel momento, Villar, junto a un par de vecinos, tironeó con su lancha intentando recuperar su herramienta de pesca. Después de varios intentos logró desprenderla…pero trayendo a la superficie un mástil de madera de gran porte.
Así las cosas, decidió acercarlo a la orilla y trasladarlo hasta el patio de su casa, lugar donde quedó depositado durante todos estos años…

Comienzan los interrogantes

En los últimos meses, al descubrirse en el mismo sector del río, los restos sumergidos del buque “Republicano”, el hallazgo de Villar comenzó a tomar gran relevancia para el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro.
Los autores de la localización del histórico buque, observaron que, al pasar el sonar sobre el naufragio, éste mostró que al barco hundido le falta uno de sus mástiles, el de proa. Es decir, el que originalmente estaba en el sector más perjudicado por la explosión inducida por su capitán Tomas Craig al quedarse sin municiones.

En los días posteriores al hallazgo del naufragio, desde el Museo se comenzó a pensar en la posibilidad de que el mástil extraído por Villar fuera, muy posiblemente, el que faltaba en el naufragio.
Inmediatamente se tomó contacto con Osvaldo Villar, hijo del fallecido pescador, para comprobar si el viejo mástil aún existía.
Al tanto del descubrimiento del naufragio y, consciente de la posible importancia histórica del objeto recuperado por su padre años atrás, no dudó en permitir que el Museo realizara las tareas necesarias para poner a cubierto lo que quedaba del antiguo y corroído mástil.

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La recuperación

Debido al alto grado de deterioro de la madera, se tuvo que idear y construir una especie de “camilla” de acero de unos 6 metros de longitud, a la medida del objeto que se pretendía recuperar.
Esta tendría unas “garras” metálicas que pasarían por debajo del palo sin tocarlo y éste terminaría quedando depositado sobre una larga plancha de hierro. Luego se ataría el mástil al dispositivo, disponiendo cabos cada un metro, a los efectos de inmovilizarlo en toda su longitud.

Como primer paso se liberó al mástil de la tierra y vegetación que lo rodeaba, ya que su propio peso, con el paso de los años, lo había adherido al terreno. Esta tarea demandó dos días de cuidadosa limpieza.

En la tercera jornada se trasladó la camilla hasta el lugar, se presentó y se acomodó para que entrara justo debajo del mástil, pasando las planchuelas por debajo y atando cada una de forma firme pero cuidadosa rodeando el palo.

Una vez posicionado y asegurado, se procedió a mover el conjunto para sacarlo del lugar donde estaba y poder, así, subirlo al transporte que lo esperaba para ser trasladado hasta el Museo Paleontológico de San Pedro, debido a que en esos días (enero de este año), el Museo de la Batalla estaba amenazado por la inundación que afectó a toda la zona.

Dadas las dimensiones y estado del elemento recuperado se solicitó la colaboración de una firma transportista, la cual puso a disposición un camión de las características necesarias para el traslado.
El palo se colocó sobre el transporte inmovilizándolo con cuerdas a los laterales del mismo y amortiguando las vibraciones con la colocación de decenas de lienzos debajo del mástil.

El traslado se cumplió con éxito, transitando los 19 km que separan Vuelta de Obligado de San Pedro en 1 hora y media de lento pero cuidadoso recorrido.
La construcción de la camilla de soporte permitió que, al arribar al Museo, se lo pudiera bajar en óptimas condiciones, participando de la meticulosa maniobra 15 personas, entre integrantes del Museo y voluntarios que colaboraron en el traslado.

Cuidados finales

Finalmente, el mástil quedó depositado en el patio interno de la institución, inmovilizado sobre su camilla de soporte y envuelto totalmente por un manto de polietileno negro de 200 micrones que lo aisló del entorno durante los últimos meses.
Mientras tanto, la empresa Papel Prensa S.A. cedió al Museo un envase de madera acorde a las necesidades del gran objeto. Una vez recibido, dicho envase se impermeabilizó con barnices para darle resistencia a la humedad y se ubicó en él, al histórico elemento.

En los próximos días, el equipo del Museo Paleontológico pasará el mástil a manos de la Municipalidad de San Pedro para que ésta determine los pasos necesarios para la conservación del mismo y su traslado al Museo de Sitio “Batalla de Obligado”, lugar al que pertenece.

Observaciones del Museo

Basados en las características físicas del mástil hallado, el contexto histórico del lugar donde se lo recuperó y los detalles geográficos conocidos para ese sector, desde el Museo Paleontológico de San Pedro deducen algunos puntos referentes al descubrimiento:

1-El gran mástil, actualmente muy erosionado por los agentes climáticos, fue tallado en base a dos tramos de un gran tronco de conífera que aún conserva los duros nudos de la madera. Abrazando la gruesa silueta, tres grandes anillas de hierro forjado de forma octogonal, de 7 centímetros de ancho, 10 mm de espesor y un diámetro de 50 centímetros, eran las encargadas de mantener unidos a los dos tramos de madera con los que fue construida esta gran pieza naval.
Sobre la primera y la tercera anilla, se observan pernos de sección cuadrangular, quebrados en sus puntas, por lo que se infiere que llevaban, considerando su posición en el palo, una argolla en los extremos faltantes para amarrar cabos del velamen.
Todos los herrajes observados en el cuerpo del mástil poseen las características propias de la herrería del siglo XIX.

2-Indudablemente, la presencia de las tres anillas de hierro forjado y su rudimentaria forma octogonal brindan un elemento de época muy interesante aportando, a la vez, una posibilidad de comparación excelente si en algún momento se logra filmar o extraer el mástil que aún posee el buque que permanece sumergido. En ese momento deberían apreciarse otras tres anillas iguales a las del palo recuperado.

3-El sector del río donde se recuperó el mástil, el mismo donde hoy se sabe que está hundido el “Republicano”, presenta fondo arenoso-fangoso, ligeramente ondulado, sin elementos que interrumpan la topografía del relieve. No existen árboles, ni otros naufragios visibles hasta el momento, ni se han observado restos algunos que confundan esta interpretación. La ausencia de otras estructuras que pudieran poseer este tipo de mástiles y la comprobada existencia en el lugar del casco sumergido del buque al que le falta precisamente uno de sus palos, lleva al equipo del Museo a suponer que el objeto en cuestión es parte del naufragio detectado recientemente.

4-De acuerdo a lo descripto previamente y considerando las características de la lancha con la que Villar logró liberar este mástil, se cree que se trata del mástil de la sección anterior del “Republicano”. Seguramente, al haber sido la mitad del casco que mayores daños sufrió con la explosión que le provocó el hundimiento, el mástil fue duramente golpeado y tal vez quebrado en su base, quedando tan débilmente unido a la estructura como para poder ser liberado por una embarcación pequeña como la de Villar.

Las presentes consideraciones, llevan a deducir que, debido a sus dimensiones, características físicas, características de construcción, punto del hallazgo y contraste con las imágenes de sonar, el palo extraído accidentalmente por Jorge Villar, tiene todas las posibilidades de ser el palo trinquete del bergantín “Republicano”, buque que defendió las cadenas durante el combate de Vuelta de Obligado, en noviembre de 1845, hasta las 12.15 hs, momento en que se hundió en medio de una gran explosión que quedó registrada en las crónicas anglo francesas.

Por todo lo expuesto, desde el Museo se considera haber contribuido a salvar de su desaparición a un elemento que, tal vez, cobre gran relevancia futura como parte de nuestro patrimonio cultural. Asimismo, la institución agradece a las empresas Ramón Rosa SA, Transporte García e hijo y Papel Prensa SA, por su colaboración para que este resguardo fuera posible.
Y muy especialmente, a la familia de Jorge Villar por comprender que el patrimonio cultural de una sociedad se construye con el aporte de todos.
Desde ahora, los investigadores tienen acceso a un excelente material de estudio que permita seguir develando datos de una de las batallas más emblemáticas de la historia argentina.

AGRADECIMIENTOS A LAS PERSONAS Y EMPRESAS QUE COLABORARON CON LA TAREA DEL MUSEO:

Hugo Albanese, Juan López, Ezequiel Camarasa, Victor Gatti, Carlos Vellani, Fabián Pezzelato, Juan Ignacio Zarlenga, Bruno Zarlenga, Germán Tettamanti, Gabriel Tettamanti, Ignacio Verdón, Juan Pablo Torres, Osvaldo Villar, Juan José Zarlenga, David Tettamanti, Diego Rodolfo Arregui, Matías Swistum, Javier Saucedo, José Luis Aguilar, Felipe Aguilar, Ramón Rosa S.A., Transporte García e Hijo, Pinturería Avenida, Ferretería Nación, Ferretería Madero, Papel Prensa S.A.

EL HALLAZGO DEL “REPUBLICANO”

Republicano hundido (1)

 El día viernes 23 de Octubre de 2015, los Sres. José Luis Aguilar, Felipe Aguilar y el Sr. Javier Huber Saucedo, realizaban tareas de reconocimiento y filmación del fondo del río Paraná, a la altura de Vuelta de Obligado, como tema de interés del Museo Paleontológico de San Pedro.

 Para tales tareas de reconocimiento, se encontraban en compañía del Sr. Francisco Marcelo Duca, quien colaboraba con el Museo facilitando un equipo de sonar de barrido lateral para observar y grabar el relieve del fondo, profundidades y características de las formaciones sedimentarias que conforman el lecho.

foto

 En estas circunstancias, pasando por un punto determinado del río, observaron elementos sumergidos que llamaron su atención.

    En la pantalla del sonar, 24-NOV-SONAR 0002-C verde 2los Sres. Aguilar, Saucedo y Duca, observaron la
silueta de
un elemento delgado y recto que se alza en el fondo del río, en cuya base se puede apreciar una estructura de aspecto rectangular o similar aflorando en los sedimentos del lecho.

 El objeto delgado que detectaron en el fondo del río, y de acuerdo a la información arrojada por el sonar, está ubicado en forma casi vertical, con una cierta inclinación, estando su punta a unos 8,50 metros de la superficie y su base a unos 18,50 metros de la superficie.

 Esta diferencia de profundidades indica que la altura o longitud del objeto es cercana a los 10 metros, por lo que los autores del hallazgo contemplaron la posibilidad de estar en presencia de un mástil de cierta envergadura sobresaliendo entre los restos de un naufragio parcialmente cubierto por los sedimentos arenosos del Paraná.

 Al realizar un filtrado de una de las imágenes con color amarillo de fondo, se pudo observar que de la punta del mástil cuelgan ciertos elementos no identificados que recuerdan a la unión que habitualmente se hace entre un “palo macho” y su correspondiente mastelero, en una embarcación de navegación a vela.

En cuanto al objeto rectangular en la base del mástil, se deduce claramente que se trata de la sección de popa de un casco de navío semi enterrado en el fondo del Paraná, del cual, utilizando las referencias métricas que provee el programa del sonar de barrido lateral, se logró calcular que tiene una longitud aproximada de 11 metros.

PALO 10

 Habiendo observado que en las inmediaciones de estos objetos el lecho no presenta demasiadas imperfecciones, que se lo nota bastante limpio, visiblemente constituido por arena o limo arenoso que dibuja suaves ondulaciones y, teniendo en cuenta que el Sr. Aguilar fue fundador del Museo de Sitio “Batalla de Obligado”, conociendo al detalle los pormenores del histórico combate que se dio en el lugar, de inmediato se razonó estar ante la posible presencia de restos vinculados a ese enfrentamiento histórico por la Soberanía Nacional.

En los días posteriores, los autores del descubrimiento realizaron sus investigaciones de forma particular, tratando de arrojar algo de claridad sobre el hecho en cuestión.

A tal efecto, llegaron a la siguiente conclusión que desean expresar en la presente comunicación:

1-Habiendo el General Lucio Mancilla dispuesto tres hiladas de cadenas, de costa a costa en el lugar, soportadas por 24 embarcaciones a las cuales, según los documentos escritos, se le habían retirado mástiles y timones.

2-No habiéndose producido hundimiento de navío enemigo alguno durante aquel combate.

3-Que de haber perdido algún mástil algún navío enemigo, éste hubiera flotado y se hubiera alejado de la zona aguas abajo.

4-Que de haberse caído al fondo algún mástil perdido de algún navío nunca hubiera podido mantenerse de forma vertical en el fondo.

5-Que en el sector donde se hallan los restos se produjo un único e intencional hundimiento del único buque de la Armada Argentina (Comandancia General de Marina, en aquella época) que realizó tareas de defensa en la Batalla de Obligado.

6-Que de acuerdo a la fuerza del agua en ese sector del río ningún mástil de 10 metros de altura puede permanecer erguido si no fue arrastrado al fondo por el buque o una parte importante del buque al que pertenecía.

7-Que no existen registros oficiales, de cualquier época, de ningún naufragio conocido para el área en cuestión.

Por todo lo anteriormente expuesto, los autores del hallazgo consideran, de acuerdo a los datos existentes del contexto histórico, haber dado, durante sus relevamientos para el Museo Paleontológico de San Pedro, con los restos del navío conocido como “Republicano”, hundido por su capitán Tomas Craig, luego de agotar municiones, durante la Batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.

 Solicitud de colaboración a la Armada Argentina

El día 16 de noviembre de 2015, Visita a Base Zárate-16-11-2015los descubridores del naufragio concurrieron a la Base Naval Zárate a los efectos de solicitar la colaboración de la Armada Argentina para la confirmación física del hallazgo realizado.

En la Base fueron recibidos por el Jefe del Área Naval Fluvial, Contraalmirante Germán Cibeira, y el Jefe de Estado Mayor del Área, Capitán de Navío Germán Arbizu.

Una vez analizadas y discutidas las imágenes arrojadas por el sonar, se coincidió en que, indudablemente, se trataba de un naufragio y que se debía realizar un reconocimiento visual del lugar de hallazgo por parte del personal naval para tomar conocimiento del área y planificar posibles trabajos futuros.

100_7237Dos días después, el 18 de noviembre, Aguilar y Saucedo recibieron en San Pedro a los Capitanes G. Arbizu y Luis Paredes, del Cuerpo de Buzos Tácticos y Salvamento de la Armada, a quienes condujeron hasta el sector del río donde se produjo el descubrimiento.

Al finalizar la visita se acordó realizar una nueva pasada del sonar de barrido lateral para tratar de obtener nuevas vistas del mástil presente en el lecho del Paraná.

En ese sentido, el 24 de noviembre Escaneando con el sonarpor la mañana, Aguilar (padre), J. Saucedo y M. Duca, navegaron hasta el punto del naufragio realizando varias pasadas sobre el objetivo marcado en un GPS diferencial, logrando sumar nuevas vistas del objeto, confirmando la presencia del mismo una vez más.

sonar
Al día siguiente,
25 de noviembre, volvieron a la Base Zárate con la nueva evidencia, siendo atendidos nuevamente por el Capitán G. Arbizu, quien confirmó la decisión de enviar una unidad naval al área y personal de buceo especializado, a los efectos de intentar una confirmación visual o física del hallazgo.

Se logra contacto físico con el mástil

El 10 de DiciembreARA CIUDAD DE ROSARIO-el buque que colaboró con el Museo fondeó en Obligado
el buque multipropósito “
Ciudad de Rosario”, con su dotación habitual y un equipo del  Cuerpo de Buzos Tácticos y del Servicio de Salvamento de la Armada Argentina.

En las primeras horas de la mañana, Saucedo y Aguilar arribaron al buque aportando las coordenadas de ubicación del naufragio, elementos fotográficos e imágenes de referencia para lograr la mayor precisión en el posicionamiento de la unidad naval.

100_7319

En el transcurso del día, luego de los aprestos correspondientes, personal de buceo de la Armada realizó un buceo de inspección en el punto de interés.

Luego de las tareas de reconocimiento y evaluación, se decidió armar un cabo de descenso con andarivel.

En la noche del jueves 10, alrededor de las 21.30 horas, se pudo establecer contacto con el mástil sumergido a través del andarivel.

Este hecho se repitió por segunda vez una hora más tarde.

Debido a la oscuridad de la noche y el cansancio del día se optó por suspender las tareas hasta el día siguiente.

El día viernes 11 al mediodía, utilizando el mismo mecanismo de andarivel se contactó por tercera vez al objeto.

Al haberse logrado establecer la existencia física del naufragio se consideró cumplida la etapa y se decidió suspender las tareas para, en los días posteriores, evaluar los pasos a seguir, efectuar la difusión pública del descubrimiento y la comunicación, a las autoridades políticas correspondientes, del hallazgo, su existencia y el contacto físico comprobado con este naufragio de alta connotación para el patrimonio cultural de la Nación.

Consideraciones y conclusiones

REPUBLICANO-VISION DEL MUSEO

De acuerdo a los datos obtenidos, las lecturas del sonar y los trabajos realizados en el río, se pueden llegar a deducir numerosos detalles acerca de este descubrimiento.

1-Al no existir registro de naufragio alguno para la zona y con los datos disponibles del contexto histórico, se cree estar en presencia del único buque con un mástil de esas características que se hundió durante la batalla de Obligado, es decir: el “Republicano”. Esta afirmación se ve reforzada por el hecho de que el sonar muestra que el mástil forma parte de una sección de unos 11 metros de casco que aflora en el lecho, una escala que coincide bastante con un casco total de 20 metros como poseía el “Republicano”.

2-Si se observan las cartas náuticas de la zona, se puede ver que el punto de hallazgo se corresponde con el sector donde, se sabe, operó el “Republicano” y que el hecho de que hoy se encuentre en el medio del río obedece a que, en estos 170 años que nos separan del combate, la costa frente a Obligado perdió más de 200 metros tierra adentro. Analizando las profundidades de las cartas náuticas se observa que el “Republicano”, al momento de ser hundido por su Capitán, estaba anclado entre unos 50-80 metros de la costa de 1845.

3-Tomando en cuenta los documentos históricos que señalan que durante la batalla los seis cañones del buque fueron colocados a estribor para disparar hacia el lado de las cadenas, se deduce que fue colocado con la proa hacia la isla y anclado doblemente a proa y a popa, a los efectos de mantenerlo posicionado hacia donde se quería disparar y, además, para contrarrestar los efectos de la fuerte corriente que, de anclarlo sólo en proa, lo alinearía de manera diferente. Este posicionamiento, coincide absolutamente con lo que muestra la imagen de sonar.

4-La imagen muestra que sólo medio barco escapó a ser cubierto por la sedimentación del río. Esto puede obedecer a que, al momento de la explosión inducida por el Capitán Tomas Craig, ésta infligió mayor daño desde la mitad del buque hacia proa, mientras que la zona de popa se mantuvo entera. Al caer al fondo, el buque queda con su mitad anterior desarmada y aplastada siendo sedimentada con el pasar de los años pero su mitad posterior, al mantener su altura, todavía yace a la vista del sonar, escapando del limo.

5-El hecho de estar doblemente anclado para poder apuntar y, a su vez, soportar la corriente sin moverse, hizo que se hundiera en el mismo lugar donde combatía, sin sufrir la lógica deriva de cualquier objeto suelto en el río. De acuerdo a las profundidades que se relevaron, el relieve del fondo, la toma de sonar y el ángulo del mástil en las imágenes, se encuentra sumergido en el fondo del Paraná inclinado hacia proa y notablemente escorado hacia estribor.

Hace unos días se conmemoró un nuevo aniversario de aquella histórica batalla.

Deseamos que este hallazgo se tome como la devolución simbólica a la Armada Argentina de un buque de su propiedad que la Fuerza ofreció en combate defendiendo la soberanía nacional hace 170 años.

FOTO NAUFRAGIO

El “Republicano”- Características y consideraciones

 

Según las fuentes históricas consultadas, no hay planos, esquemas, croquis o dibujos del “Republicano”.

Sólo existe un cuadro, en el Museo Naval, que lo muestra de popa custodiando las líneas de cadenas durante la Batalla de Obligado.

 Es lógico deducir que el autor de la pintura debió, o bien basarse en el verdadero buque, o en la figura genérica de un «bergantín-goleta».

El barco tenía matrícula sarda (existía un importante comercio con Cerdeña por la época y muchos de sus buques fueron comprados por el gobierno).

Originalmente se llamaba «San Giorgio» y se adquirió en Buenos Aires el 4 de junio de 1842 en $f 34.000 (pesos fuertes treinta y cuatro mil) y se incorporó a la escuadra el 15 de julio de ese año, nombrándose como su Comandante a Tomás Craig.

Datos técnicos: 

  • Armamento: 6 cañones de a 10, sobre la banda de estribor.
  • Tripulación: Comandante, 2 oficiales, 9 suboficiales, 21 artilleros y 13 marineros (capacidad máxima).
  • Eslora:20 m.
  • Manga: 6,8 m.
  • Puntal: 3 m.
  • Calado: 1,8 m.
  • Porte: 120 ton.

Por los datos del armamento se puede deducir que éste es correcto respecto a sus dimensiones. Sin embargo,el número de 40 marineros debe tratarse, sin duda, de un refuerzo de soldados, no marineros, para operar los cañones y servir como infantería para el abordaje ya que 40 son muchos para un buque de tan poca eslora. Pero si se tiene en cuenta que no realizaba navegaciones prolongadas, sino operaciones fluviales muy puntuales, esa cantidad le brindaría la necesaria fuerza y poder de combate.

Algunos investigadores suponen que no debió ser muy distinto de las típicas goletas del Río de la Plata como, por ejemplo, la «Sarandí».

Agregan, además, que en su compra pudo haber influido el hecho de ser muy maniobrable, ideal para navegar el Paraná y el Río de la Plata.

Muchos años de experiencia náutica llevaron a preferir este tipo de buques pequeños, maniobrables, de poco calado y fácil de tripular por hombres a veces inexpertos.

En lo que respecta a la altura de los palos, el mayor podría haber estado ligeramente corrido a proa y mediría unos 20 m., en relación aproximada con su eslora  y el mesana, en popa,podría haber medido entre 15y 20 metros.

 Uno de los historiadores navales consultados infiere que “la cubierta corrida, sin puentes, como corresponde a un mercante, debía de tener una o dos escotillas para acceder a las bodegas. Si fuera este el caso se ubicarían una adelante o entre los palos y la otra atrás del palo popel; pero como en el cuadro presente en el Museo Naval no se observa; me inclino a pensar en una escotilla entre ambos palos”.

 En cuanto al armamento que la nave portaba durante la Batalla de Obligado, éste poseía 6 piezas de a 10, las cuales fueron colocadas sobre la banda de estribor para lograr una mayor eficacia de tiro contra las naves enemigas (es decir, que su proa estaba orientada a la costa entrerriana).

Anexos-imágenes

PALO 8

  • La imagen de perfil elaborada por el sonar de barrido lateral muestra, claramente, un mástil de unos 10 metros de altura, en posición casi vertical en el fondo del río. Que haya permanecido en esta posición sólo pudo ser posible si fue arrastrado al lecho por una parte importante del buque al que perteneció.

croquis

  • Croquis de la Batalla de Obligado extraído del libro Conflictos diplomáticos y militares en el Río de la Plata (1842-1845) del Teniente Coronel E. Ramírez Juárez-1938.
    En este dibujo se observa la posición que ocupaba el Republicano defendiendo el extremo más alejado de las cadenas.
    Coincide con el sector donde se realizó el hallazgo.

ilustración

  • Interpretación artística del “Republicano” realizada por J. Rimsa, publicada en el libro del Teniente Coronel Ramírez Juárez.Su arquitectura, según las fuentes, correspondía a la de un bergantín genérico, con dos palos principales como el hallado.
  • Las fotos muestran el momento en que el sonar comenzaba a registrar los restos hundidos en el lecho del Paraná durante las tareas de prospección realizadas por Aguilar (padre e hijo), Saucedo y Duca, por interés del Museo Paleontológico de San Pedro.

Agradecimientos

Para lograr el desarrollo de nuestras apreciaciones se consultaron las siguientes fuentes bibliográficas y se contó con el asesoramiento y apoyo de las siguientes personas e instituciones, a quienes expresamos nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento:

  • Armada Argentina-Comando del Área Naval Fluvial
  • Colección «Buques de la Armada Argentina. 1810-1852. Sus comandos y operaciones» de CL Horacio Rodríguez y CL Pablo Arguindeguy), página 163 del tomo I.
  • Página oficial Fundación Histarmar: http://www.histarmar.com.ar
  • Conflictos diplomáticos y militares en el Río de la Plata (1842-1845)
  • Teniente Coronel E. Ramírez Juárez-1938
  • Licenciado Jorge Vigo
  • Museólogo Pablo Pereyra
  • Museo Paleontológico de San Pedro
  • Museo de Sitio “Batalla de Obligado”
  • Grupo Conservacionista de San Pedro
  • Licenciado Angel Tello (Vice Ministro de Defensa de la Nación) 
  • Autoridades de la Armada Argentina(Muy especialmente al Contraalmirante Germán Cibeira, al Capitán Germán Arbizu y al Jefe de Estado Mayor de Tránsito Marítimo, Capitán Luis Paredes)
  • Secretario del Subjefe de Estado Mayor Conjunto, Capitán Rodolfo Neuss
  • Secretario de Relaciones Institucionales del Senado de la Provincia de Buenos Aires, Sr. Germán López
  •  Práctico independiente de río, Sr. Eduardo Pronotti
  • Destacamento Prefectura Vuelta de Obligado
  • Escribanía Gabriela Botta
  • Empresa Ramón Rosa SA
  • Hotel de Turismo San Pedro

Documento revela el número de proyectiles disparados en Obligado

Está firmado por el General Lucio Mancilla (*) y aporta datos desconocidos por la historiografía argentina. Fue descubierto en un periódico publicado en San Pedro, en mayo de 1900.

Durante 168 años se habló, en reiteradas publicaciones, sobre la fuerza de la artillería argentina durante la Batalla de Obligado. Desde siempre, se especuló sobre la magnitud de aquel feroz intercambio de proyectiles con las naves anglo-francesas y en ocasiones se intentó cuantificar el número de balas de cañón lanzadas desde uno y otro lado. Sin embargo, ningún historiador, hasta hoy, había podido dar el dato exacto de las municiones de artillería que dispararon las baterías del General Lucio N. Mancilla (*) durante las 9 horas que duró el combate.

Historia de un documento olvidado

El puntapié de este hallazgo lo dio un integrante del Centro de Estudios Históricos de San Pedro, Sr. Fernando Chiodini, cuando al revisar las amarillentas hojas del periódico sampedrino “El Independiente” del 13 de mayo de 1900, observó la reproducción de varias cartas firmadas por Mancilla (*) y otros oficiales. Chiodini trasladó la novedad al Grupo Conservacionista de Fósiles, entidad dedicada al resguardo de temáticas culturales de la que es asiduo colaborador.

Días después los documentos eran analizados por José Luis Aguilar, integrante del grupo y actual Director de Cultura de San Pedro, quien luego de una revisión de los textos comprendió que revelaban datos desconocidos por la historiografía oficial.

Periódico “El Independiente”

“El Independiente” fue un periódico de aparición dominical editado por Imprenta “La Unión”, propiedad del Sr. Alejandro S. Mascetti, conocido vecino de San Pedro y abuelo del popular periodista César Mascetti.

Dicha imprenta funcionó en la calle Bartolomé Mitre al 275, esquina Fray Cayetano José Rodríguez, de la mencionada ciudad bonaerense, desde 1891 hasta abril de 1928, fecha de su última aparición.

El documento de Mancilla

Durante el mes de mayo del año 1900, en sus números 419, 420 y 421, el periódico “El Independiente” publicó una serie de cartas escritas por el General Mancilla (*) y sus oficiales Juan B. Thorne y Francisco Crespo.

En las cartas, partes de guerra e informes se leen:

  • Pormenores de movimientos posteriores al combate.
  • Un reto público del Gral. Mancilla al Capitán Hotham, de la armada inglesa, “por mal caballero y poco verídico en el parte al Almirantazgo de su Nación…”.
  • Día y hora de regreso de la escuadra invasora. “Son las cinco y media de la tarde, hora en que ha pasado todo el convoy de los salvages unitarios anglo-franceses, solo quedando fondeado de estación en la Punta de Obligado, dos corbetas, inglesa Comus, y francesa Espeditive”, escribe Thorne el 3 de enero de 1846, desde Obligado.

Sin embargo, desde el Grupo Conservacionista opinan que el escrito más importante es el que Mancilla (*) le dirige al Edecán de Rosas, Manuel Corvalán, donde revela, por primera vez, un dato no conocido por los historiadores, hasta hoy.

El 12 de diciembre de 1845, desde El Tonelero, actual partido de Ramallo, Mancilla escribe:

“De conformidad a lo que anuncié a V.S. en fecha 9, salí para el campo de las baterías en la Vuelta de Obligado en la noche del mismo día, llevando conmigo una pequeña parte de mi escolta. Permanecí allí el día diez y once, en cuya noche regresé a este punto, después de haber practicado un reconocimiento, dado las correspondientes órdenes, y hecho recoger y amontonar sesenta balas del más grueso calibre de las que nos han arrojado en el memorable combate del 20, de manera que unidas estas a 3160 que ya había juntado y depositado el mencionado Juez de Paz por mis anteriores órdenes, las que están embutidas en las barrancas de las tres baterías y las innumerables que existen en los cardales y que se recogerán cuando éstos se caigan, y las que recogió el enemigo sobre las baterías, podrá el Exmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la Provincia, Brigadier Don Juan Manuel de Rosas, formar juicio del número de balas, bombas reventadas, granadas y tiros a metralla, con que los enemigos anglo-franceses batieron a nuestras débiles baterías por ocho horas consecutivas y en contestación a cuatro mil nuestras de inferior calibre.

Este es el único documento escrito, con la firma del Jefe federal, donde se cuantifican las municiones disparadas por la artillería criolla mencionando, específicamente, el número de balas de cañón de las que dispusieron los artilleros de las baterías montadas en Obligado hasta el momento de agotarse.

Los cañones, de los calibres 24, 20, 18, 16, 12, 10, 6 y 4 dispararon estos 4.000 proyectiles hasta la mitad de la tarde del 20 de noviembre.

Si bien este documento fue reproducido por el diario sampedrino en 1900, el dato claro y certero del número de balas que dispararon los cañones argentinos nunca fue conocido por los historiadores modernos y quedó perdido en los pliegos ajados de aquel viejo periódico.

(*)El Grupo Conservacionista de San Pedro, autor de este informe, decidió respetar la caligrafía del propio Mancilla y escribir su apellido tal como él firmaba en sus cartas: con “c” y no con “s”.

Memorias del Combate

Hallan una crónica inédita de la Batalla de Obligado
Fue descubierta entre las memorias del Teniente Coronel Nicanor Lescano, oficial del ejército afectado al bloqueo de Montevideo en 1845.

Nicanor Lescano fue un hombre que dedicó su vida a la formación militar llegando a participar en diferentes hechos que marcaron a fuego la historia argentina. Según el folio Nº 24 del Libro de Matrimonios del Partido de San Pedro, se casó allí, a los 50 años, con Doña Felisa Acosta, de 28, el 27 de abril de 1869.

En su foja de servicio, existente en los registros históricos del Ejército Argentino bajo el Nº 6826, Lescano combatió en la Batalla de Pavón, estuvo en el bloqueo a Montevideo, participó de la Batalla de Caseros, intervino en la Batalla de Cepeda y actuó en la Campaña al Desierto, entre otros, desde el año 1833 a 1882. Al momento de retirarse había cumplido 52 años, 8 meses y 21 días al servicio del Ejército, según se desprende de la foja consultada.

Finalizando sus días de combatiente decidió realizar una cuidadosa recopilación de todos los datos históricos que recordaba narrando, en 16 cuadernos prolijamente escritos, pormenores y anécdotas de los hechos en los que había participado y otros de los que había recibido información de testigos, compañeros y camaradas de armas.  De esta forma las páginas de esos cuadernos atesoran vivencias de Lescano en las batallas de Pavón, Cepeda, acciones en Montevideo y varios otros conflictos históricos de gran relevancia nacional.

Con el paso de generaciones esos escritos fueron conservados, afortunadamente, por hijos, nietos y bisnietos hasta llegar a las manos de su tataranieto, el Dr. Sebastián Olmedo Barrios, de la ciudad de La Plata.

Barrios, tataranieto por parte de madre de Nicanor Lescano, enterado de la recuperación histórica encarada desde el Museo de Sitio “Batalla de Obligado” por el Grupo Conservacionista de Fósiles, entidad de la ciudad de San Pedro dedicada a la puesta en valor de temáticas culturales, decide poner a su consideración el análisis de los valiosos cuadernos. Comienza así una detallada revisión del accionar de Lescano en varios hechos de combate hasta que, en el Cuaderno Nº 9, aparece una minuciosa narración de la Batalla de Obligado acaecida el 20 de noviembre de 1845.

Lescano comienza diciendo que “ese día amaneció con una neblina muy cerrada que ya no se podía distinguir y la Escuadra aliada se arrimó todo lo que pudo.

Mandó unos buques a las cadenas en protección de la lancha que iba a cortarlas y mandó otros buques a la costa de Bs. As.”

Su relato brinda pormenores de los movimientos del combate y menciona que los buques “empezaron a hacer un terrible y espantoso fuego en descargas de bala rasa, bombas, granadas y metralla sobre las baterías… Las balas que tiraban eran de a ´80, las primeras que se veían en este país”.

En partes de su relato enaltece el accionar de los soldados federales diciendo: “ese día se portaron los soldados argentinos como verdaderos leones; estos bravos soldados probaron ese día que eran hijos de titanes y se portaron a la altura de sus antepasados sosteniendo ese día un combate tan desigual”.

El Teniente Coronel Lescano, que en la época de la batalla era Capitán, comenta en sus escritos que los franceses e ingleses “hicieron un experimento estando en Montevideo para ver cual de las dos naciones cortaba primero las tres o cuatro cadenas. Se hizo este experimento en el muelle el 31 de octubre de 1845; se tiró a la suerte quién debía ir primero a cortar las cadenas”. Primero les tocó a los ingleses que las cortaron en 7 minutos y luego a los franceses que lo hicieron en 5 minutos. Fue así que el equipo francés fue quien quedó a cargo del honor de intentar cortarlas primero cuando entraran en combate real.

Según Lescano la fuerza naval aliada se puso en marcha desde Montevideo el 5 de noviembre de 1845 navegando el Paraná aguas arriba.

Regresando a los hechos en el momento de la batalla narra que luego de dos intentos fallidos para cortar las cadenas por parte de los franceses, y habiéndose hundido dos lanchas con sus tripulantes, “mandaron la 3ª lancha a cortar las cadenas; esta fue mandada por los ingleses y cortó las tres cadenas”.

Contando con su puño y letra que el fragor del enfrentamiento había alcanzado su máximo narra que “caían las balas rasas, bombas, granadas y metrallas como gotas de agua. Quedó el monte arrasado completamente”.

Agrega que, ante un primer intento de desembarco, “los valientes soldados argentinos, bajo el fuego de la metralla, defendieron la costa cargando a la bayoneta”, haciendo retroceder a las fuerzas invasoras al medio del Paraná.

Y comenta que “con esta clase de soldados batió Rosas a las dos naciones más poderosas del mundo… Con este aparato sujetó todo el día a esas dos naciones tan poderosas”.

Observa que las fuerzas criollas dejaron fuera de combate a la “San Martín”, la “Comus” y otra nave que menciona como “La Coqueta” junto a otras menores.

Finalmente escribe que, como ya no les quedaba una sola munición, los soldados argentinos dejan las baterías y que “desembarcaron 1000 hombres de la Escuadra y echaron los cañones al agua, llevándose los de bronce”.  

En sus cuadernos se lee que quince días después regresa parte de la Escuadra a Montevideo y cinco días después de la batalla otra parte retoma la navegación del Paraná con decenas de buques mercantes conformando un convoy para negociar mercaderías con las provincias del norte.

Páginas más adelante Nicanor Lescano narra los combates que se dieron cuando “al regreso se encontraron con unas fuertes baterías en Santa Fe que… Rosas había mandado construir en la costa del Paraná, en un paraje llamado Barrancas de San Lorenzo” donde, según sus palabras, sufren grandes pérdidas en la flota.

Luego de conseguir el paso tras 5 días de intentarlo la flota regresa a Montevideo dejando de estación en la Vuelta de Obligado a la “Comus” y la “Expeditive”, ya recuperadas.

Cierra diciendo que “este fue el fin de esta memorable batalla naval dada el 20 de noviembre de 1845”.

   A opinión del equipo del Museo de Sitio “Batalla de Obligado” esta crónica del combate que ahora sale a la luz “es una interesante versión de un oficial del ejército que por esos años respondía a las fuerzas unitarias que participaban del sitio a Montevideo, es decir, que a pesar de estar en el bando opuesto a Rosas resalta enérgicamente la idea del Gobernador de defender la soberanía nacional enfrentando a las dos mayores potencias de la época y destaca la gran valentía demostrada por los soldados federales”.

 Algunos datos de esta crónica merecen ser destacados:

1-Podría ser la primera narración de la Batalla de Obligado ya que el Teniente Nicanor Lescano escribió sus memorias pocos años después del combate, hecho que lo aleja en el tiempo de las investigaciones históricas posteriores.

2-Expone las tareas de espionaje de la flota invasora en los meses anteriores al combate.

3-Revela las prácticas hechas en Montevideo para cortar las cadenas casi un mes antes de la batalla.

4-Señala el día exacto en que las naves anglo francesas comienzan a navegar el Paraná.

5-Confirma los tres intentos para liberar el cauce del río.

6-Menciona detalles de las duras averías que la artillería de Mansilla produce en la flota invasora.

Se desconocen las fuentes consultadas por Lescano para armar un relato tan pormenorizado. Así mismo, se observan algunas diferencias con otras crónicas del combate en lo que se refiere a algunas cifras (ejemplo, número de soldados federales) o nombres de algunos buques (ejemplo, “La Chacabuco” en lugar de “El Republicano”). Sin embargo, la riqueza de detalles de los días previos transcurridos en Montevideo y los momentos de la lucha en sí permiten formar una imagen notable de los sucesos acaecidos en la Guerra del Paraná.

Según palabras de José Luis Aguilar, Director de Cultura de San Pedro y miembro del grupo que investigó estos documentos “manifestamos un profundo agradecimiento al Dr. Olmedo Barrios por permitir la publicación de este hallazgo ya que es sumamente importante destacar que el descubrimiento de estos cuadernos permitirá, a los historiadores modernos que lo deseen, incorporar nuevos datos de diferentes hechos trascendentales de nuestro pasado ya que reúnen en sus páginas las vivencias de un oficial que luchó en esas batallas y las cuenta en primera persona”.

-Aclaración: Los textos fueron transcriptos textualmente.


Correo de la Batalla

Cartas previas al armado del “Tonelero” y la “Vuelta de Obligado”

La Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Pedro publica más de un centenar de cartas y notas inéditas, hasta hoy, firmadas por el General Lucio Mansilla y sus Comandantes Juan José Obligado, Francisco Crespo y Juan Antonio Garreton. También algunas del Primer Edecán de Rosas, Antonino Reyes, el Coronel José María Cortina y el Juez de Paz de San Nicolás durante la Batalla, Manuel José Vita.

Dichas cartas, que salen hoy a la luz pública, se hallaban depositadas en el Museo y Archivo Histórico Municipal “Gregorio Santiago Chervo” desde hacía varias décadas, luego de haber sido pasadas allí muchísimo tiempo atrás por el antiguo Juzgado de Paz de San Nicolás.

Esta historia comienza cuando el Director de Cultura de San Pedro, José Luis Aguilar, impulsor del Museo de Sitio “Batalla de Obligado”, se entera por comentarios del historiador nicoleño Santiago Chervo que “existirían papeles relacionados con el histórico combate” en la ciudad de San Nicolás. Se establece comunicación con la Directora de Cultura de dicha ciudad, Mirta Chervo, y comienza la búsqueda del valioso material histórico de características inéditas.

Unas 120 cartas y notas escritas en manuscrito y a pluma firmadas por Lucio Mansilla y sus Comandantes aparecen de las nieblas del tiempo para contarnos detalles de los movimientos, necesidades y estrategias del ejército confederado durante los meses de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 1845.

Estas piezas históricas nos cuentan detalles de la logística previa al armado de los dispositivos de defensa en el “Paso del Tonelero” (Ramallo) y la Vuelta de Obligado (San Pedro).

Las cartas revelan datos históricos de interés:

*La existencia de Puestos de Control (Portillones) en los caminos de acceso a los puntos de combate-

*La obligatoriedad de permisos especiales para acceder a los mismos-

*Colaboración de aborígenes en la campaña del Ejército Confederado-

*Participación de niños/jóvenes animando a la tropa-

*Detalles de los insumos sanitarios-

*Datos de la clase y cantidad de movilidad utilizada en los puntos de defensa-

*Compromiso en la restitución de los elementos solicitados a los vecinos (animales de tiro, infraestructura, etc.)-

*La férrea voluntad de lucha y la extrema rapidez de reorganización de las fuerzas criollas-

*Cierta incompatibilidad de criterios con algunas autoridades zonales-

*Cronología detallada de los movimientos realizados en los días previos y posteriores a la Batalla de Obligado-

Dado que se trata de trazos manuscritos, a pluma y con terminología y ortografía de época las cartas fueron transcriptas por Silvina Carro, integrante del Grupo Conservacionista de Fósiles, entidad abocada a la recuperación de diferentes temáticas culturales en San Pedro.

Estas piezas, que ahora son puestas en conocimiento público por las dos Direcciones de Cultura (San Pedro y San Nicolás) aportarán a los historiadores un excelente material para continuar analizando y comprendiendo el Combate que cambió el rumbo de la Historia Soberana de nuestra Nación.

Una curiosidad: en todas las cartas el Gral. Lucio Mansilla firmaba con la letra “C”, en su apellido.

Para descargar un archivo PDFcon las cartas y su correspondiente transcripción CLICK AQUI  o puede clickear en las siguientes imagenes para visualizarlas individualmente.

ACLARACIÓN: Términos con interpretación reservada

 

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